miércoles, 14 de julio de 2021

 TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO     EN LAS RELACIONES DE PAREJA:

MACHISMO, VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.                                                         

LA CIENCIA Y LA ADULTERACIÓN DEL        GÉNERO.-                                    

                                           Dr. F. Antonio Bera Bautista                                                                            psicólogo    



Un tema largo y complicado. Paciencia. Veamos.

La historia de la humanidad se ha conformado desde la evolución inicial en tribus, después poblados, luego ciudades y hoy en metrópolis que va favoreciendo un cambio de modelo de sociedad, junto con muchos otros factores, que paulatinamente va requiriendo del hombre una redefinición de muchos de sus  roles en el seno de la sociedad, que en otra época de especial dureza fueron relevantes.

Actitudes, valores, mentalidad, en los modos de concebir el papel de la mujer en las relaciones que se va separando con la evolución social y roles distintos y necesarios, de los modelos primarios    de sociedad y de familia natural entre hombres y mujeres de la que tantas se sienten alejadas, volun- tariamente excluídas, imposibilitadas, generándoles rencores, resentimientos y odios, muchas veces sin ser conscientes de ello, y que buscan mitigar con luchas,  militancias y colectivización. Cuyo principal interés es que todo ello se traslade al conjunto de la sociedad, como modo operandis de los comportamientos y actitudes propios de toda mujer.

Jordan B. Paterson, Psicólogo Clínico Canadiense,
comentó: "Hemos pasado de intentar convertir a  las mujeres en hombres a intentar convertir a los
hombres en mujeres".
"Estamos obsesionados con la identidad de género
y la victimización".
"Las feministas tienen un deseo inconsciente por
una brutal dominación masculina".

Se lamenta de que occidente ha perdido la fé en la
masculinidad y denuncia la doctrina de género como asesina. Término que puede parecer extre-
mista e incendiario, pero no por ello está alejado de
la realidad que pone de manifiesto la evidencia científica, independientemente de la irritación que
pueda provocar. ¿Dice Ud. Asesina? Veremos si
es una declaración emotiva o puede encontrar fun-
damentos en la razón. Creo es importante el asun-
to por todo lo que ello implica e incluso en la actualidad legislativa en España.
Veamos un poco por donde anda la ciencia en este
asunto, cuales son las verdades y las evidencias.
La Neurociencia ya ha demostrado con precisión la
diferencia entre el cerebro femenino y masculino y
que existen diferencias en la toma de decisiones
entre los hombres y las mujeres, en lo que podría
desempeñar su papel las hormonas sexuales. Por ejemplo, las mujeres tienen una mayor adversión
al riesgo, y los hombres, sobre todo los jóvenes,
sufren un mayor exceso de confianza, entre muchí-
simas más cosas.


Un descubrimiento científico impresionante reali-
zado en los países escandinavos, que han hecho lo
imposible por imponer una igualdad formal entre
hombres y mujeres, desde la cuna hasta la tumba, 
han eliminado todos los elementos culturales que
pudieran condicionar o acentuar las diferencias de
género, hasta los juguetes son neutros.
¿Y qué ha pasado? exactamente lo contrario a lo
previsto. LAS DIFERENCIAS DE PERSONALI-
DADES ENTRE HOMBRES Y MUJERES SE HA
ACENTUADO!!
Conclusión: Si se erradican las diferencias cultura-
les, se maximizan las diferencias biológicas.
Con lo cual, eso de que sólo existen "cuerpos
hablantes" es un gran disparate.

Otra investigación de la Universidad de South Ca-
rolina en 2007, corrobora esta tendencia, se demos-
tró que desde los cinco años los niños empiezan a
elegir sus juguetes según su género. 

Susana Pinker, psicóloga, escritora y columnista
Canadiense, cuenta que en la Unión Soviética mu-
chas mujeres estudiaban carreras relacionadas con
las ciencias, y en cuanto llegó la democracia y pu-
dieron elegir libremente, se produce un trasvase 
hacia las humanidades.
En este sentido los datos de Prew Reserch Centre
respecto a intereses entre hombres y mujeres, son
concluyentes: a los hombres les interesa más "las
cosas" y a las mujeres "las personas". Ingeniero-
Enfermera, Banquero-Maestra, etc. 

En un artículo de investigación, desarrollado por
Richard Fitzboong, Phillips Sutton y Dale O´leary,
cuestionan las implicaciones éticas de la práctica
de cambio de sexo. Analicemos un poco a propó-
sito de la polémica ley que al respecto se ha apro-
bado en España.
Los autores abordan este asunto desde la perspec-
tiva Médico-Biológica, según la cual el género hu-
mano es una cuestión de composición genética y
que la identidad sexual está escrita en cada célula
del cuerpo y puede determinarse mediante exámen
de ADN. No puede ser modificada. Subrayan, no
puede ser modificada. Imposible, aúnque se arran-
quen o despedacen, en una sangrienta carnicería,
los órganos con los que se ha nacido. El hombre,
seguirá siendo hombre y la mujer seguirá siendo
mujer. No importa cuanto lo intente o cuanto quie-
ra aparentar pertenecer a otro sexo distinto  del que
nació.
Por tanto, los autores afirman que el sexo biológico
no puede cambiarse, rechazan el  concepto de
"identidad de género" o la idea de que el género como constructo social o percepción personal sea
distinto del sexo biológico de cada cual.
Afirman que quienes solicitan  la cirugía de cam- 
bio de sexo, son hombres y mujeres genéticamente
normales, con órganos sexuales y reproductivos
intactos y niveles hormonales adecuado para su
sexo.
Dicen estos autores que cuando un adulto que es
normal, tanto en su aspecto exterior como en las
funciones, cree que hay algo feo o defectuoso en
su apariencia, que necesita ser modificado, es evi-
dente que existe un problema psicológico de grave
importancia.
Aseguran que los indivíduos que afirman que tie-
nen una "identidad de género"contraria a su estruc-
tura anatómica y biológica, no pueden resolver sus
problemas mediante la cirugía de "reasignación de
sexo", o "autodeterminación de género", como se
afirma en la ley española, que hablando con propie-
dad y respeto a las evidencias científicas, sería más
bién una "adulteración de género", esto es, vivir con la identididad del género adulterado, no cam-
biado, porque como hemos visto es imposible de 
cambiar, ni mucho menos "autodeterminado", por-
que la persona no puede determinar nada que ya la
naturaleza ha determinado irremediablemente. Por tanto, el género ni se construye ni se cambia.
Las investigaciones sucesivas sobre el desarrollo cerebral, sobre la exposición prenatal a las hormonas han demostrado que ya antes del nacimiento, los cerebros masculinos y femeninos son diferentes, lo cual influye, entre otras cosas en el modo en que el recién nacido percibe visualmente el movimiento, el color y la forma. El resultado es una predisposición biológica de los niños hacia juguetes típicamente masculinos y de las niñas hacia juguetes típicamente femeninos.
Ya desde el seno materno, las mujeres están dotadas de una sensibilidad hacia el ser humano necesaria para la maternidad.
Está investigación y otras informaciones nuevas sobre la estructura del cerebro humano, indican que las influencias biológicas y la experiencia, concurren a crear conexiones cerebrales y están inextricablemen-
Te entrelazadas que resulta imposible separarlas.
Los niños nacen en sociedades creadas por hombres y mujeres.
Los niños crecerán para
Ser padres y las niñas para ser madres.
Ocultar este dato por medio de la socialización neutra de género, ni por medio de la cirugía de adulteración de género, no cambiará la realidad de la diferencia sexual ni mucho menos del género con el que se ha nacido.
Entonces, ¿Ve usted cómo la afirmación del señor paterson al calificar a la doctrina de género como asesina, no es desproporcionada?


Dicen que las personas que encuentran dificultades
para identificarse con su sexo biológico, frecuente-
mente padecen de problemas psicológicos muy se-
rios, entre ellos depresión, ansiedad severa, maso-
quismo, autodesprecio,( con frecuencia debido a un
rechazo a su identidad sexual desde el momento del
nacimiento, por muchas razones, incluida la decep-
ción de espectativas o deseos materno o paterno no
cumplidos, el niño, pero lo que se anhelaba era una niña, o lo contrario. Ajustándose los modos de re-
lación, comunicación, educación, estímulos recibi-
dos, desde su temprana infancia), narcoísmo, abu-
sos sexuales en la infancia y de situaciones fami-
liares conflictivas.
Experimentando dificultades sociales y sexuales
como resultado de esos trastornos y experiencias
negativas y no porque hayan nacido en el "cuerpo
equivocado".
En consecuencia, sostienen estos autores, que aque-
llos indivíduos que se somenten a esta práctica si-
guen teniendo prácticamente los mismos problemas
que tenían antes, bien en sus relaciones, su trabajo,
sus sentimientos y emociones o su relación consigo
mismos.
En consecuencia, lo más probable es que si esa ley
pretende ofrecer "libertad", consigue justo lo con-
trario, esclavizar. Si antes se percibía vivir en un
"cuerpo equivocado", la "equivocación" se agrava y
se profundiza, ahora viviendo con una nueva identidad eternamente frentada a la propia biología, y en una hoguera de contradicciones y de luchas angustiosas interminables consigomismo. 
Si las doctrinas de género esto lo apoyan, entonces
el señor Paterson acierta en considerar que "la doc-
trina de género es asesina". Guste o no guste esa
afirmación.

Con respecto a la violencia contra la mujer, un fe-
nómeno despreciable y aberrante, que no para de
crecer pese a los esfuerzos a todos los niveles ins-
titucionales, jurídicos, policiales. Todo parece indi-
car que algo o mucho no se hace bien. 
Considero que aquí hay un problema que tenemos
que plantearnos seriamente, pero muy seriamente.
Y el más importante es el encaje linguístico, perio-
dístico, público, que se le ha asignado a este tema, por el afán de los movimientos feministas y afines de abanderar esta lacra en torno a cuestiones de 
ideologización, de doctrinas, del lenguaje, que en mi opinión es cómplice y alentador de más
crímenes, y que es más propìo de las reinvindica-
ciones sexuales de estos colectivos que de las cau-
sas y consecuencias del fenómeno. Trasladando al
conjunto de la sociedad, a las instituciones y a los
estamentos políticos sus consideraciones y afirma-
ciones, como el modo en que todos tenemos que 
entender y considerar el problema. Sin ningún mar-
gen de opinión distinto, puesto que inmediatamente
no sólo es rechazado sino estigmatizado y hasta
criminalizado. Un grave error que cierra las puer-
tas a aportaciones valiosas para sumarse a la lucha
del problema, sobre todo a las evidencias científi-
cas solventes, que nunca deben despreciarse, por-
que, como en todos los campos, se ha demostrado
hasta la saciedad que sus perspectivas y conclusio-
nes promueven avances y soluciones, por tanto ja-
más deben rechazarse, tejiversarse, doblegarse o
forzarse a que se adapten a deseos y pasiones sec-
toriales, en un negacionismo miope que tan sólo
genera más victimas.

Investigadores del Centro Mente, Cerebro y Com-
portamiento (CMCyC), de la Universidad de Grana
da, han analizado el cerebro de los agresores contra
la pareja, a través de Resonancia Magnética Funcio
nal, uno de los tres únicos estudios de este tipo realizado, hasta el momento, a nivel mundial. (Manuel García
Catedrático de personalidad, evaluación y trata-
miento psicológico de granada y responsable prin-
cipal de esta investigación).

El estudio ha comprobado por primera vez en el
mundo, como funciona el cerebro de los hombres
que han maltratado a su pareja o expareja, en com-
paración con el de otros delincuentes, cuando son
expuestos a imágenes con diferentes tipos de vio-
lencia.
Los hallazgos lo ha publicado la prestigiosa revista
"Social Cognitive and Affective Neurocience".
Los maltratadores en comparación con otros delin-
cuentes mostraron activación de la corteza cingular anterior y posterior y en la corteza prefrontal me-
dial y una menor activación de la corteza prefron-
tal superior, ante imágenes de violencia de género
con respecto a imágenes de contenido neutro.
Además, la comparación directa entre imágenes con diferentes contenidos violento, apoyó también
un perfíl de funcionamiento cerebral propio en mal-
tratadores, con una implicación de la corteza pre-
fontal medial, así como una gran participación de
la corteza cingulada posterior y el giro angular iz-
quierdo ante imágenes de violencia contra las mu-
jeres. 
No pretendo que los no expertos se queden con los
significados y funcionamientos de esas estructuras
cerebrales, pero que sepan que están ahí y que exis-
te un sustrato biológico demostrado experiemental-
mente por la ciencia respecto a los maltratadores y
asesinos. 
Estos hallazgos podrían explicar algunas de las al-
teraciones psicológicas que describen a los maltra-
tadores que se enfrentan a su compañera sentimen-
tal, como estrategia de afrontamiento desadaptati-
vos, problemas en la regulación emocional en for-
ma de obsesiones sobre la pareja, estados de ánimo
como miedo, ira o rabia, miedo a ser abandonados, 
inestabilidad afectiva repentina en forma de aumento de la ansiedad. Etc. etc, sería muy largo
ahondar en más detalles, pero para nuestros fines,
es más que suficiente.
Bueno, por ahí andan las cosas, por ahí se mueven
las verdades y las certezas desde las que debemos
levantar nuestros pensamientos sobre estos temas y
poder manifestarnos con criterios racionales y obje-
tivos, alejados de subjetividades, de prejuicios, de
polémicas sentimentales y del frenesí colectivista
arrastrado por pasiones, reinvindicaciones indivi-
duales, oportunismo para endosarle las problemá-
ticas individuales a una aparente bandera de lucha
común, que lo que está provocando es una mayor
complicación de los problemas, dificultar sus so-
luciones y confundir al conjunto de la sociedad.

Reflexionemos. O sea, que un criminal, asesino,
psicópata, un cobarde o bien, utilizando calificati-
vos populares, un hijo de puta, un canalla, un des-
graciado, una mierda humana... fijaros la carga despreciativa que soportan todos estos califi-
cativos, nos digan, nos insistan y hasta nos obli- guen abandonar todos estos términos que, como ve ud. llama la cosa por su nombre, que no sólo califican sino que por la carga negativa etimológica que contienen, pueden disuadir, inhibir, atemorizar
a posibles agresores para cometer sus acciones, vandalismos o crimenes.
Todo ello en sustitución de un término histórica-
mente lleno de gloria y de honor, por la grandeza
y el orgullo que ha significado entre los hombres
de todas las generaciones como lo es la palabra
"machista". ¿Alguna vez en algún tiempo, en alguna época un hombre de bien o de mal vivir ha
sentido verguenza o desprecio por ser o sentirse machista? no, ¿verdad? nunca!! Es como al ladrón ya no se le califique de ladrón, sino con otra palabra que no contenga la resonancia vergonzosa y despreciativa que esta palabra conlleva. Desaparece la palabra que califica, desparece el contenido que implica,y se sustituye el protagonista que identifia. Total, por ejemplo, ¿por qué no robar si robar no es ser ladrón, ni  es ser ladronazo? ¿un delincuente?
Un criminal, un asesino, un psicópata, un hijo de puta, un desgraciado, un hijo de perra que esté intentando, planificando, pensando en uno de sus delitos y que se sienta herido en su "hombría", como "macho" y lo que ha significado en su mente estos términos y en el inconsciente colectivo de prácticamente todos los hombres de nuestra cultura, es más probable que lo cometa, que lo lleve a cabo por estar asociado más a dignidad y a orgullo personal que a la exacrable consideración que conlleva la palabra"asesino", "criminal" sin más.
Entonces, considero que es un gravísimo error que
cuando se produce un acto de este tipo se le llame
"crímen machista""violencia de género". Porque ello conlleva, incluso, a una  radical atenuación de la culpa y el desprecio que tales actos significan.
Un eximente de culpa, en sustitución de la asignación de una "corona de gloria" que los colectivos y el conjunto de la sociedad asignan, con estos términos, a los culpables.
Pero que satisfacen sobradamente a estos colectivos
que nos lo han impueto, por sus particulares afanes 
reinvindicativos. 
De ese modo, convierten a toda la sociedad en cómplices de los crímenes. Esto es terrible, pero la realidad está demostrando que esto es así.

 
¿Por qué no lo voy hacer, si al fin y al cabo, seré
condenado más por ser un machista, que por ser un salvaje asesino?
¿Que estoy diciendo algo sin sentido?
Es que decir, "crímen machista", ya en sí mismo
es un error, aúnque les guste tanto a los colectivos.
¿Por qué? os pongo un ejemplo sencillo:
"Los jugadores de baloncesto son altos, pero no
todos los altos son jugadores de baloncesto"
El machismo como tal "síndrome de comporta-
mientos y actitudes", es un atributo de la persona-
lidad y de la conducta, y los actos de abusos, malos
tratos, y crímenes, ya hemos visto que la ciencia ha
demostrado que tienen una base de trastornos neu-
rológicos. Que se trata fundamentalmente de cere-
bros enfermos y es la enfermedad cerebral de base
la causante y responsable de los oprobios que gene-
ra el machismo. No es el machismo el que mata, el
que mata es el criminal, el asesino, que además de que pudiera ser un vago, un sinverguenza, un mentiroso, un manipulador, un ladrón, un adicto, un ludópata, un anitisocial, o cualquier otro atributo de su personalidad, pues es un machista.
¿Es el machismo por sí mismo asesino? No es cier-
to en lo absoluto. No se demuestra ni en la realidad
social ni en la mismísima historia de la humanidad ni en la evidencia científica que hemos descrito.
Eso que nos han dicho que mata no puede ser vene-
no, espada, y a la vez virtud y perfume de rosas,
¿verdad? ¿cuantas grandezas literiarias, artísticas,    
científicas, poéticas, de historias admirables de amor, de honor, de entrega, abnegación y sacrificio
por el bien de la familia, de heroísmos de padres
ejemplares, de tantos hombres memorables e imita-
bles, de grandezas, de arrojo, de valentías que ha 
beneficiado eternamente a toda la humanidad, se han producido en mentes y personalidades incues-
tionablemente machistas?
¿Es que se nos ha olvidado? ¿qué hacemos con eso,
lo borramos de un plumazo? ¿Han sido y hoy por
hoy que continúa la historia, son todos esos hom- bres machistas potenciales asesinos? ¿No os parece una injusticia, una crueldad. un despropósito, una ingratitúd tales consideraciones? 
Al menos por respeto a todos aquellos hombres indudablemente machistas, que se dejaron la vida, el alma, el espíritu por su familia unos, por los demás, otros, por el bien de toda la humanidad, en el arte, en la literatura, en la poesía, en la ciencia, y hasta en los caminos del espíritu, abandonemos, por favor, el calificativo de los crímenes que tan sólo lo comete un criminal, un asesino, bien sea en su trabajo, en la sociedad, en la familia, o en sus relaciones de pareja. 
¿verdad? Ahora yo os pregunto a la sala:
hay algún hombre que no sea machista en una me-
dida o en otra? ¿que no se haya educado en una
cultura machista? bueno, pues según este calificativo, todos sois unos criminales en potencia.
Lo mismo que decir que todos los altos son jugado-
res de baloncesto. Y que sepamos, la inmensa mayoría de los hombres no son, ni se consideran
maltratadores ni asesinos.

Un dato relevante. Un estudio realizado en 2011 por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género de la Universidad de Granada, demostró
que al día siguiente de un homicidio, se producía
un aumento "no justificado por azar". 
¿Entonces a qué era debido?
Preguntémosnos si con el calificativo de "crímen
machista", y con todos los datos que os he ofrecido
en este artículo no estamos alentando a los perversos asesinos que se lo están pensando día a día, a 
cometer su crímen. Y que las cifras no pare de aumentar, desde el día siguiente en que se comete uno.
Por favor, entiéndanme, es un "Sindrome comple-
jo", son muchos los factores intervinientes, com-
prendo que la educación en la igualdad, respetando
las diferencias inevitables entre hombres y mujeres
podrá ayudar mucho a combatirlo, pero quede cla-
ro que este es un problema cuyas bases exigen un abordamiento  desde los referentes educacionales pedagógicos, por supuesto, jurídicos, sociológicos médicos y psicólogicos  y no desde la perspectiva de género tal como se acepta sí o sí en la actualidad. 
¿No os parece?
Hay que ser valiente para expresarse en estos temas desde una perspectiva distinta a las impuestas.
Pues, aquí tenéis a uno.
¿Qué pasa?
                                   GRACIAS POR VUESTRA  ATENCIÓN.




 















 







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