martes, 29 de abril de 2014

                              MENTIRAS QUE ARRUINAN LA VIDA.-

                                                          Dr. F. antonio Bera Bautista
                                                                                                       psicólogo
"Para el que cree no es necesaria ninguna
explicación; para  el que  no cree  toda
explicación sobra."
(Franz Werfel novelista Autriaco)

Creer en algo o en alguien es una imperiosa necesidad que
nos sitúa y nos hace sentir firmes y seguros frente a la vida,
a los demás, posibilitándonos el uso de nuestros recursos per-
sonales hacia acciones y propósitos en torno a los cuales se
alínean y se construye la vida, sentirnos autoeficaces, produc-
tivos frente a unas finalidades que den sentido a todo cuanto
hacemos. Obtener así, paz, equilibrio. Contrario a la angustia
que genera la incertidumbre, el desconcierto de sentirnos per-
didos, abrumados en la negación o en la duda.

Todas las instancias sociales representadas en el marketing, en
las ideologías políticas, financieras, religiosas, etc. que generan
los principales órdenes de la vida, buscan captar adeptos, acree-
dores, afirmadores, mediante la explotación indiscriminada de
la necesidad de creer que tienen las gentes, muchas veces de ma-
nera brutal, abusiva y sin escrúpulos ninguno, como sucede en
las acciones de esas instancias con tal de conseguir el secuestro 
mental y de la voluntad de las personas e implantarse en el poder,
en el dominio del otro, en la rentabilidad económica o en el bene-
ficio del voto.
Cuando una mente ha sido colonizada por una determinada creen-
cia, sea esta lógica o absurda, resulta dificilísimo su abandono por 
los beneficios cruciales que las creencias ofrecen en cuanto a sen-
tido de la vida, de sí mismo y de todo cuanto se haga.

Una persona que cree ciegamente, debilita todos sus recursos,
quedando sometida a expensa de los dictámenes de sus creen-
cias, y de ese modo se convierte en alguien facilmente mane-
jable, manipulable, utilizable. Implica pues, la aniquilación y 
muerte del indivíduo, la ruina de su inteligencia, de su libertad
y en consecuencia, el incumplimiento absoluto de su destino
natural.
Si unimos la predisposición neurobiológica de creer con la
urgente necesidad de sentirnos seguros, el subdesarrollo po-
bre de la conciencia, las inmadureces y desajustes de la perso-
nalidad propios de las mayorías de las personas, entonces 
encontramos explicaciones de por qué los colonos de la huma-
nidad lo tienen tan fácil para engañar e implantar sus poderes
económicos, financieros, políticos, religiosos, equivocados y
perversos, que caerían desplomados ante la revolución de las
masas y mediante el poder que les queda a los condenados por
ellos, como se pone de manifiesto en mi artículo que lleva este
último nombre.

Naturalmente, la realidad que nos rodea en las diferentes ma-
neras en que se manifiestan las cosas que ella suceden, ejerce
una acción de amplio espectro estimulante sobre todos noso-
tros. Una fuente infinita de estímulos que ponen en marcha
los mecanismos fundamentales que nos permiten situarnos en
el medio, identificarnos a sí mismos, interpretar y dar sentido 
a todo cuanto nos rodea. De ese modo se posibilita asimilar 
lo que nos rodea y sentirnos integrados en la realidad, me-
diante mecanismos mentales selectivos de afirmar, negar, 
dudar.
Para afirmar algo, tenemos que creer en ese algo que se ofre-
ce ante nosotros como verdad, que nos lleva a actuar conse-
cuentemente, ordenando partes importantes de nuestras 
vidas entorno a eso en lo que creemos.
Afirmar, pues, implica acercarse a e integrarse con.
La negación, cuando las cosas no se adecuan a lo que
percibimos, a nuestras convicciones establecidas o simple-
mente porque sean contrarias a nuestras conveniencias.
Negar, pues, implica alejarse o librarse de.
La incómoda duda, de si algo es o debe ser objeto de afirma-
ción, de negación, que postura asumir, por cuál camino di-
rigirnos, qué es lo bueno, lo malo, lo que conviene o no.
Genera incomodidad, desconcierto, incertidumbres, malestar.
Dudar, pues, implica paralizarse frente a.
La ignorancia es desinformación o falta de información 
acertada, e implica el no hacer o hacer equivocadamente.

Las características neurobiológicas del cerebro humano,
determina la necesidad mental de que las personas crean
en algo o en alguien, ya que las creencias se fundamentan
en varias zonas del cerebro, constituyendo de ese modo la
base biológica de estas. 
Así que nuestro cerebro está programado para generar 
creencias en su afán de reorganizarse hacia la certeza y
rechazar las dudas y las incertidumbres que de ellas se des-
prendan, no importa si lo que se cree es lógico o es absurdo.
Por eso, si una mentira se justifica a través de argumentos 
aparentemente lógicos y esta nos aleja de las dudas, nuestro
cerebro tiende a considerarlo como una verdad, en su afán
de tener convicciones satisfactorias de la realidad que nos
rodea.
Veamos varias sentencias, de las tantas que existen, objeto
de creencias de las que muchos se han seducido por sus 
encantos, y muchos otros son  ejemplos vivientes entre 
escombreras de fracasos.

"Nada es imposible":

Posible es todo aquello que puede ser, que puede existir
o que puede suceder desde unas condiciones reales y ra-
cionales. Lo que no es pero puede ser. 
La falta de ocasión o medios para que una cosa exista, 
ocurra o pueda realizarse, es lo imposible.
La semilla del manzano, mantendrá su vida y movimiento
hasta hacerse árbol-manzano, con la correspondencia de 
las condiciones naturales pertinentes.
En ese caso se dice que es posible que esa semilla se desa-
rrolle como un árbol de manzano e imposible como un 
árbol de aceitunas.
No es cierto que nada es imposible. no se corresponde con
la realidad, ni con la condición humana y en particular con
las limitaciones propias y naturales de cada indivíduo.
Asumir como verdadera esta frase implica grandes riesgos
de esfuerzos inútiles y de un enorme degaste de energía,
pérdida de tiempo. etc.
En la frase tan sólo se encuentra un efecto motivador 
para poner en marcha iniciativas orientadas hacia el lo-
gro de grandes metas.
Si una persona queda seducida por esta falacia, desafía
la decepción y la incapacidad para recuperarse del fracaso.

Plantarse ante retos, es más conveniente hacerlo desde el
conocimiento de nuestras posibilidades y limitaciones, des-
de el conocimiento del escenario sobre el que vamos 
actuar, organizarse, programarse y desarrollar estrategias
razonadas de viabilidad de nuestros objetivos, así como
un plan definido de qué hacer en caso de no lograr lo pro-
puesto.
"Nada es imposible", es de un contenido altamente temera-
rio que lleva implícito en su seducción y quimera, qué 
hacer si se gana, pero no qué  hacer si se pierde.

Así, todos nuestros propósitos han de partir de condiciones
disponibles existentes, que de no existir estas condiciones,
el objetivo es trabajar para crearlas. Son las condiciones,
los recursos, los medios, las estrategias, las que más fácil-
mente nos acercan a los propósitos, desde la razón, y no
desde el chascarrillo de frases ampulosas cargadas de emo-
ciones, de utopías, que tan sólo conducen al fracaso, y que
tanto gustan a los fabricadores de bestseller de muchos
libros de autoayuda.

"Con trabajo y sacrificio todo se consigue en la vida":

No es cierto. El trabajo y el esfuerzo es lo mínimo que hay
que poner, no hay ninguna duda. Otra cosa muy distinta es
creer que con eso basta para asegurar el éxito en aquello que
se emprenda. 
El trabajo y el esfuerzo no garantizan nada, sólo lo que ello
conlleva. Así que si ud. cree que con trabajo y esfuerzo va
a sacar una empresa adelante, un negocio, o cualquier otra
cosa, se equivoca. El logro depende de muchos factores que
se pueden precisar e incluso de otros aleatorios no controla-
bles.
La vida está llena de fracasados que han sido grandísimos
trabajadores y esforzados, ud. seguro ha conocido alguno.
Plantarse frente a un reto cualquiera con la creencia de que
con trabajo y esfuerzo lo va a conseguir, es un error, porque
se cierra a la posibilidad de contemplar muchísimos otros 
factores que podrán intervenir decididamente, y el que menos
se pueda ud. imaginar puede ser el causante de éxito o de
fracaso. Con una visión amplia, que incluya hasta el azar 
ud. podrá ser más cauto, humilde y centrar más eficázmente
sus energías, y no quedar seducido por tópicos que eclipsen
su inteligencia y capacidades de realizaciones.

"Tu eres el único responsable de tu futuro"

No es cierto, y es injusto. Una persona es estrictamente res-
ponsable de lo que hace a cada instante, cada día, con su vi-
da con su tiempo, pero no del complejo escenario que repre-
senta el modo en que se va a manifestar su vida profesional,
laboral, económica, familiar, en la que interactúan y conver-
gen una ingente cantidad de factores que se entrelazan para
producir las características de un determinado modo de vida.
Muchos de esos factores, completamente distantes de las
acciones y las responsabilidades personales.
La persona es dueña de sus actos orientados hacia unas direc-
ciones concretas, que pretenden producir unos efectos especí-
ficos, a modo de propuesta, de intención, de propósito, pero
el estallido en la creación de unas circunstancias de vida, no
es reclamable a la responsabilidad personal, tanto si esta llega
a ser exitosa como si llega a ser un fracaso, salvo hechos fla-
grantes derivados de comportamientos personales manifiesta-
mente equivocados.
Es sobradamente conocido que muchas personas con un im-
pecable sentido de la responsabilidad, que han trabajado es-
crupulosamente en la prevision de su futuro, se han topado
con circunstancias destructivas de diferentes signos que han
desfigurado por completo el escenario de su vida, que ha 
transcurrido en el sentido opuesto a sus esfuerzos, en el me-
jor de los casos, o de ruina, de grandes sufrimientos y decep-
ciones, sin que en su repertorio personal se identifiquen agen-
tes causantes de tales despropósitos.

"Triunfan los que están mejores preparados".-

("ni es de los ligeros la carrera, ni de los valientes el comba-
te, ni aún de los sabios el pan, ni de los inteligentes la rique-
za, ni de los doctos el favor..." Esclesiastés,. 9:11, según la luz)

Quitándo las excepciones que se producen en el conjunto de
la sociedad, todos sabemos por experiencia, que un alto ni-
vel de cualificación no lleva necesariamente al éxito social.
Sobre todo en aquellos lugares donde la meritocracia no está
claramente implantada.
Que triunfan los que están mejores preparados, ya se que es
 una mentira por todos conocida, y por muchos de ustedes
sufrida.
Esta brota desde las entrañas de las injusticias y las desigual-
dades sociales, y que va más lejos, desde la discriminación 
hasta la perversión, haciendo que no todos tengan las mismas
oportunidades en iguales condiciones. Se trata de una de las
peores lacras de la sociedad, que produce múltiples conse-
cuencias, nefastas para el orden social, institucional y produc-
tivo, por todos sobradamente conocido.

Un inútil, un incompetente, en su casa no producirá los daños
tremendos, que cuando está situado en un puesto de respon-
sabilidad taponando el acceso de la inteligencia y la compe-
tencia, tan sólo porque sus coberturas sociales y económicas
así lo han dictaminado.
Resulta penoso para una sociedad que lucha hacia el progre-
so, depositar en sus alcantarillas, en la infrautilización, en la
frustración o en el fracaso, a personas brillantes víctimas de
las perversidades discriminatorias que genera el oportunis-
mo enchufista, anulando los valores que representan la cul.
tura del esfuerzo y la excelencia que se contempla en la
virtúd.
Para no ser demasiado extenso, os he expuesto algunas de
las más importantes mentiras existentes que campean en el ideario
colectivo, que espero estimule su reflexion, puesto que como
decía Kant "es su carácter de agente racional lo que vuelve
digno al hombre.


Gracias por vuestra atención.