viernes, 21 de abril de 2017

                               ¿QUIÉN MANDA EN SU CABEZA ?
                                        (INVESTIGACIONES EN NEUROBIOLOGÍA)
                                                                                                 Dr. F. Antonio Bera Bautista
                                                                                                                 Psicólogo



La determinación de lo que es real, ha sido motivo
de análisis y debate durante toda la historia de la
humanidad.
Es nuestro cerebro quien interpreta las percepcio-
de la realidad a la que nos enfrentamos y quien pro-
cesa la información para la vida en sociedad y actuar
en relación con los otros y determina lo que es real
y no lo es.
Aúnque lo real es todo aquello que existe y puede
presentarse a una conciencia en la experiencia, ello
tiene que ser validado con rigurosa objetividad y
evidencia, para que sea demarcado del terreno de
la fantasía, la imaginación, la ilusión, y podamos afir-
mar que existe efectivamente de manera verdadera
y cierta con pruebas de observación y experimenta-
ción que lo avalen.
Tal es el objeto de la ciencia, que pretende descubrir,
explicar y predecir los hechos de la realidad, gracias
a la aplicación del método científico, para ofrecernos
a todos la única parcela de la realidad que nos es
accesible con certeza.

Lo real (Lacan), es el conjunto de las cosas indepen-
dientemente de que sean percibidas por el ser humano,
lo que sería la realidad objetiva, distinto a la opinión,
es decir a la valoración subjetiva.

Nuestra mente crea a cada instante la realidad en la
que vivimos y construimos nuestras evidencias, me-
diante las percepciones e interpretaciones que se 
realizan. Pero está científicamente comprobado que
todo lo que vemos, sentimos y escuchamos, no re-
presenta un total de lo que verdaderamente es el
mundo real.
Poco a poco, y gracias a las modernas tecnologías
y por supuesto al método científico, se han empezado
a resolver las incognitas que han estado debatiendo
los filósofos durante siglos.
Es la neurología moderna la que apunta en profunda
dirección sobre la esencia de lo que es un ser huma-
no, arrojando brillantes luces sobre el órgano que
dicta toda nuestra actividad mental: el cerebro. Que
es la estructura más compleja en el universo, puesto
que contiene más neuronas que estrellas existentes
en la galaxia.
La neurociencia surge como nueva herramienta para
intentar entender sus enigmas.

El cerebro es un órgano plastico (afortunadamente),
que alcanza su maduréz entre la segunda y tercera
década de la vida, con una superficie aproximada
de dos metros cuadrados.
En el está las claves de nuestra capacidad de per-
cibir la vida y el mundo, y es nuestra percepción
de la realidad la que nos hace únicos con respecto
a los demás. Lo que nos diferencia.
Aúnque la realidad es una (Ortega), tiene más de
una cara, es decir, las perspectivas, la que cada in-
divíduo puede captar diferencialmente, pero que es
el cerebro quien focaliza la atención en estímulo
que le resulta relevante, y dependiendo de cómo el
cerebro funcione, así serán nuestros pensamientos
y nuestras conductas.
Eso de que usamos el 10% del cerebro es científi-
camente falso.

Un estado mental no es otra cosa que un estado
cerebral.
Veamos el fundamento neurobiológico de algunas
conductas decisivas en la vida de todos.

La violencia y la agresividad:

A menudo causada por la frustración, no es sólo
un problema moral o educacional, sino que existen
en sus actores anormalidades en la actividad de la
serotonina en la corteza frontal.
Aúnque es probable que otros mensajeros químicos,
como los neuromoduladores de las hormonas, también
estén involucrados.
La corteza cerebral, los lóbulos frontales, desempeñan
un papel crucial para restringir los brotes impulsivos.
Los circuitos cerebrales implicados en la agresión,
están muy relacionados con el control del miedo y
el control afectivo, por lo que un individuo que pro-
tagoniza una acción violenta, antes de acomenterla
se podrá mostrar temerario, desafiante o inestable
afectivamente, como señales de su capacidad para
hacer daño.
Caracterialmente, podría tratarse de individuos pro-
fundamente inseguros, que tienden a refugiarse en
dogmas o sistemas de pensamientos rígidos, incapa-
ces de percibir lo que está más allá de sus ideas y
de ver los grandes patrones que estructuran la natu-
raleza y los contextos globales en que se producen
los acontencimientos (E. David Peat), con una mira-
da fragmentada, que busca refugiarse en la seguri-
dad aparente que dan los dogmas (fanáticos, radica-
les terroristas). Bloqueados por los condicionamien-
tos que ejercen una presión, para mantener lo que
es familiar y viejo en sus mentes, que le hacen sen-
tir miedo y rechazo a los nuevo, a lo diferente, por
los dictámenes grabados profundamente en sus 
células cerebrales, que lo encierran y secuestran 
en su propio punto de vista, a tal extremo que el
cerebro no llega a distinguir entre pensamiento y
realidad. Contribuyendo así a cometer actos de
execrable violencia.


Tomar decisiones:

Si, es cierto que la vida no es sólo razón, también
es afecto, impresiones, belleza, sufrimientos, gozos.
Nuestra mente no es un sistema lógico, formal, abs-
tracto. Responde de acciones afectivas.
En cuanto a tomar decisiones, la evidencia científica
indica que decidimos básicamente con las emociones,
y eso lo saben los expertos en marketing, publicitarios,
políticos.
La neurociencia sugiere que el razonamiento ("El
Cerebro" Facundo Manes), guiado por la emoción,
facilita el proceso de toma de decisiones.
La región anatómica que más se implica en la toma
de decisiones es la corteza prefrontal media, que es
la región del cerebro que se ubica sobre nuestras
cavidades oculares.
Específicamente, el área orbitofrontal que está ín-
timamente ligada a la estructura emocionales, resul-
ta crucial para el proceso de toma de decisiones.

Múltiples estudios han evidenciado que nuestra
racionalidad se guía por atajos emocionales y afec-
tivos para tomar decisiones, activándose el área
orbitofrontal derecha, una área cerebral con masivas
conexiones con los centros emocionales del cerebro,
como la amigdala, o sea, que decidimos básicamente
con las emociones y vivimos en un estado emocional.

Hay algo curioso, un estudio sugiere que la decisión
es preparada inconscientemente de manera previa,
que es el cerebro el que toma las decisiones y no la
mente consciente de la persona.
La actividad cerebral puede predecir una decisión
hasta siete segundos ante de que la persona la tome
conscientemente (investigación dirigida por John
Dilam Haynes).
Un dato interesante que pone en jaque algunos de
los postulados de la "teoría de la dictadura de género",
es la diferencia entre el cerebro del hombre y la mu-
jer en cuanto a este aspecto.

Se ha comprobado que cuando las mujeres toman
decisiones, se activa en mayor medida el área pre-
frontal dorsolateral izquierda, que es un área cog-
nitiva o más racional del cerebro, no tan involucra-
da en las emociones, sin embargo, en los varones
se activa el área orbitofrontal derecha, un área ce-
rebral con masivas conexiones con los centros emo-
cionales del cerebro.
¿Podría esto explicar, entre muchas más cosas,                                 la tendencia de la mujer, en general, a la prudencia,                         y el motivo de por qué tienen menos accidentes
de tráfico conduciendo un vehículo? ¿o en la sexua-
lidad, por ejemplo ? 
Las experiencias postnatales no logran cambiar 
estructuralmente un cerebro masculino a otro feme-
nino, ni viceversa. Pese a las influencias que pueda
ejercer el entorno.

En cuanto a los momentos de decidir, cabe destacar,
por su uso generalizado, el fenómeno de la Intuición,
que se pone en marcha cuando el razonamiento no 
ofrece la ayuda necesaria para hacer algo, compren-
der algo o a alguien. 
Científicamente se le llama "metacognición", que es
la capacidad de anticipar la conducta propia o ajena
a partir de percibir emociones o sentimientos. Pero
es relevante el hecho de que esta capacidad se en-
cuentra desde el momento del nacimiento y comienza
activarse a partir de los 3 o 4 años de edad y que pos-
teriormente se convertirá en una herramienta mental
cuando una persona se enfrenta a un resultado muy
incierto o desconocido, confiando en su intuición como
la mejor estrategia.


Respecto a los creyentes:

La ciencia tiene buenas noticias.
La universidad de Oxford ha creado un centro 
multidisciplinar para estudiar las bases neurológicas
de las creencias (religiosidad), y cómo estas afectan
nuestro estado de consciencia y sentimientos.
Por ejemplo, durante la meditación (interiorización,
oración), se observó que se activan los procesos
neuronales de los lóbulos parietales, relacionados
con el sentido de la orientación y el conocimiento
de uno mismo. Estos disminuyen casi por completo
su actividad. Se observó también que baja la acti-
vidad de la amigdala, región involucrada en el 
proceso del miedo.
Por lo que durante estas prácticas, las personas
se sienten más tranquilas y seguras de sí mismas.
Contribuyendo así a las evidencias que existen
de que las personas creyentes viven más y mejor.
También encontramos en ello fundamentos neuro-
biológicos en la afirmación del filósofo zubiri
(discipulo de Ortega), de que la religación (unión
con lo trascendente), es una dimensión del ser
(ontológico) y el hombre no puede prescindir de
ella, so pena de caer en la soberbia de la vida, y
que Dios no puede ser objeto del hombre, sino
fundamento.

Con respecto hacer el bien:

Científicos japoneses del Instituto de Neurología
de la Universidad de Tamagawa, ponen en evi-
dencia que la amigdala cerebral tiene una mayor
actividad en personas prosociales y que muestran
adversión a la desigualdad.
Según Oscar Vilarrolla, neurocientífico del hospi-
tal del mar de Barcelona, asegura que las personas
de pequeñas y sin ninguna instrucción, tienen las
bases de la solidaridad inscritas en su neurobiología.

Una serie de experimentos han demostrado con
respecto a conductas cooperativas, solidarias,que
se activan áreas del cerebro asociadas a la recom-
pensa y el placer, del mismo modo que cuando se
recibe dinero, por ejemplo.
Lo que da cuenta que ayudar a los demás resulta
placentero, por las bases cerebrales que lo fun-
damentan
En ese mismo sentido, investigadores de la univer-
sidad de Duke (Carolina del Norte), encontraron
asociación entre el altruismo y las áreas cerebra-
les involucradas en la capacidad de percibir como
valiosas las acciones de los otros.
Con lo que se deja claro que el egoísta, el ava-
ricioso, el psicópata, tienen un problema un
problema en la raíz misma de su funcionamiento
neurobiológico.

Con repecto al amor:

En el cerebro suceden muchas cosas.
Destaquemos algunas importantes, en quienes
aman y se enamoran.
La corteza prefrontal sencillamente "se apaga"
y se suspende la capacidad de crítica y para
dudar.
Las neuroimágenes también han demostrado
que una área del cerebro importante en la acti-
vación del miedo y relacionada con las emocio-
nes negativas, también "se apagan".
Esto explica por qué nos sentimos MUY FELICES
Y SIN MIEDO de lo que podría salir mal cuando
amamos o nos enamoramos ("contigo hasta el
fin del mundo").

Con respecto al uso de la Tecnología:

Investigaciones recientes han demostrado que
la tecnología puede producir adicción similar a
la droga y al alcohol, y que se produce un pro-
ceso cerebral común en cuanto a la activación
de los circuitos de recompensa, acelerándose
la producción de dopamina conectada con la
motivación y el placer.

Con respecto a la Adversidad:

Un fenómeno de especial importancia para la
supervivencia es la Resilencia, es decir, la capa-
cidad de una persona para adaptarse a las difi-
cultades de la vida.
Pero ello encuentra una base cerebral que lo
posibilita.
En situaciones adversas, cuando la vida trans-
curre contraria a nuestros deseos,de manera
conflictiva o dolorosa, a modo de alarma se ponen
en marcha los circuitos cerebrales de regulación
del miedo, regulación emocional y afrontar temo-
res, buscando maneras optimistas de replantear
situaciones estresantes, experimentar emociones
positivas. Todo ello gracias a la neuroplasticidad
cerebral, que es la capacidad del sistema nervioso
para modificarse y adaptarse a los cambios.

Con todas las evidencias científicas expuestas, 
queda demostrado que quien manda en su cabeza
es ese pedazo de sol que ilumina todos los rincones
de su vida: EL CEREBRO.


gracias por vuestra atención.






         

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