martes, 31 de marzo de 2015


                                              REFLEXIONES SOBRE MI IMPRESIÓN
                                              DIAGNÓSTICA DEL COPILOTO "HOMICIDA".-

                                                                                 Dr.F. Antonio Bera Bautista
                                                                                             psicólogo


Que si la depresión, la ansiedad, la ruptura de 
pareja...y más datos por separados.
Con la información obtenida hasta aquí, pienso
que de por sí, ninguna han actuado como deter-
minantes clínicos de la acción trágica.

Es probable que hemos estado ante un idivíduo,
que fundamental, esencialmente y a primera
instancia, padeciera un "trastorno de la persona-
lidad" al que se asoció un cuadro depresivo.
Fundamento:
Su rígido afán de mantener un concepto elevado
de sí mismo, posiblemente de raíces narcisistas,
con ideas de grandeza, de sentirse omnipotente
y de no reconocer, no aceptar, otro tipo de reali-
dad que no sea la que él había concebido con
respecto a su profesión, dada la probabilidad de
exclusión laboral a la que podía enfrentarse, le
llevó a ocultar, y posiblemente a negar, sesgar,
alterar o filtrar la realidad de su enfermedad.

Esta rigidéz, le favorecía, probablemente, a mos-
trarse ante los que le conocían, con mucho aplo-
mo y seguridad en sí mismo, dificultando que se
perciba social y laboralmente sus problemas de
salud mental. Ocultando, así, carencias, senti-
mientos de inferioridad o vacíos, que la mayo-
ría de las veces se originan durante los primeros
vínculos paternos en la dinámica del entorno
familiar.
Una persona no patológica, puede aceptar sin
que por ello tenga que sufrir graves consecuencias,
el hecho de enfrentarse a un cambio de estilo de
vida, de trabajo o de profesión por motivos de
salud mental.
Por el contrario, para este indivíduo, todo parece
indicar, que su visión de sí mismo y de la realidad
era la única posible.

Toda sociedad a lo largo y ancho del planeta, está
compuesta por indivíduos cuyos sueños de "poder"
surgen a muy temprana edad, como ha sido su 
caso, según las referencias. Con los riesgos que
en una personalidad patológica ello conlleva, 
puesto que si se percibe un corte abrupto de la
realidad que se había forjado, se produce una
resistencia a modificar su decisión en función de
experiencias o adversidades imprevistas e invo-
luntarias, que obliguen a efectuar esfuerzos
adaptativos convenientes.

En la personalidad patológica, todo esto puede
significar enfrentarse a la sensación de sentirse
humillado y por tanto, preferir desear "reemplazar
este mundo hostíl", a medida que se siente aco-
rralados por ideas de suicidio, tratando de alejarse
de una situación de la vida que parece imposible
de manejar. Por eso, buscan el alivio de sentirse
avergonzados, culpables, con sentimientos de 
rechazo social, invadiendo la mayor parte de su
ciclo vital, y convertirse en una persona frágil,
vulnerable ante situaciones nuevas que requieran
cambios.

Es precísamente el trastorno, de base, de su per-
sonalidad, lo que va generando el cuadro depre-
sivo, que desde este punto de vista, es más com-
patible con una depresión reactiva que endógena,
el agente determinante que le lleva a cometer el
"homicidio múltiple" y no la depresión por sí
sola. Que tratada al margen del trastorno de la
personalidad, la eficacia se reduciría.

El tercer elemento clínico, muy probable en este
caso, es la existencia de rasgos de una persona-
lidad psicopática, como elemento diferencial del
trastorno existente, por la características, la frial-
dad y la espectacularidad de la tragedia causada.
Puesto que, con ello, pone de manifiesto una
"anestesia afectiva" propia de los psicópatas más
sanguinarios. Moviéndose exclusivamente por su
propio interés, sin sentir ninguna compasión, ni
solidaridad para conseguir su objetivo.
Demostrando que cualquier estrategia era válida
para atacar o matar y poder mostrar, así, su des-
precio hacia los demás, sea donde sea y como sea.

Considero que en esta historia tan sólo existe un
culpable: este indivíduo.
Puesto que dadas sus más que posibles caracterís-
ticas psicopáticas, hacia muy difícil que en su 
entorno laboral y social se percataran de sus pro-
pósitos, intenciones y capacidades criminales.

Por Todo lo indicado, considero que se trata de
un cuadro clínico compatible con un diagnóstico
orientado hacia el "TRASTORNO DE LA PERSO-
NALIDAD, CON RASGOS PSICOPÁTICOS A 
LOS QUE SE ASOCIABA UN CUADRO DEPRESIVO".


Gracias por vuestra atención.


                                                       
                             


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