INTELIGENCIA COLECTIVA, 

     INTELIGENCIA PÚBLICA:

     Un faro de luz inextinguible

       En el cielo de la sociedad.-

              

                                  Dr. F. Antonio 

                                             Bera Bautista.

                                                Psicólogo

"Haciendo el mal se experimenta placer,

Pero el placer pasa enseguida y el mal

Permanece.

Hacer el bien cuesta fatiga, pero la fatiga

Pasa enseguida y el bien permanece".

                                        (San Camilo)

    

           

                                                       

                                                         

   El concepto de inteligencia colectiva se ha defini-

do como una forma de inteligencia que surge a par-

tir de la colaboración de diversos indivíduos, gene-

ralmente de una misma especie, en un contexto bio-

lógico, animal, por ejemplo las abejas, hormigas o

en un contexto sociológico de comportamiento de

masas, en la cibercultura, bacterias, plantas.

(Trabajos de Peter Russell (1983), Tom Atlee (1993) y otros teóricos).

El enfoque queda limitado a situaciones de eventos

grupales específicos, que trabajan para alcanzar unos objetivos vinculados a la satisfacción de nece-

sidades del propio grupo.

"Siguiendoles los pasos al funcionamiento que siguen las células para construir un organismo complejo, confirma que lo que se da en la naturaleza es una cooperación hacia un objetivo, al suyo, su propio desarrollo, y así mismo coopera con las otras unidades en un objetivo más complejo, la construcción de un órgano, de un aparato, de un sistema y de un ser vivo que se manifiesta como unidad en sí mismo, pero está creado y desarrollado por la labor de cada unidad" (Peat).

Ya en la individualidad personal, se define la inteli-

gencia general como la capacidad de entender, razonar, aprender y resolver problemas,

Pues bien, el concepto de inteligencia colectiva al

que  voy a referirme en este artículo, no es exacta-

mente el descrito. Nos encaminamos hacia otra

perspectiva, las capacidades del indivíduo frente al conjunto de la sociedad e incluso, frente a la huma-  nidad misma de la que se es parte, para entender,

razonar, y situarse en condiciones óptimas hacia la

interpretación correcta de problemas comunes y propuestas asertivas para sus soluciones.

Esta visión implica un perfíl aptitudinal de persona

que se orienta hacia la plenitud de conciencia del

mundo en el que vive, respecto a las principales

vertientes que caracterizan la sociedad, en los cam-

pos políticos, económicos, históricos, científicos,

literarios, sanitarios, de comunicación, de relación.

Mediante un pensamiento libre, imparcial, objetivo,

ceñido a la más estricta realidad de las cosas y de

los fenómenos.

Cuando ello es así, entonces la inteligencia manifiesta es INTELIGENCIA PÚBLICA.

Que no es la inteligencia del "yo", ni del "tu", sino la del "nosotros" en el sentido más amplio e inclusi- vo de la palabra.

Creo firmemente que es la inteligencia que la socie-

dad, que el mundo también con urgencia necesita y que puede ofrecer una gran utilidad y servicio al conjunto de la sociedad.

La persona con elevada inteligencia pública parte

de los siguientes fundamentos, indicamos algunos

de los más importantes:

1. Conoce el perfíl de la época en la que vive y pue-

    de dibujar sus principales componentes de mane-

    objetiva y comprobable.

2. Ante la locomotora que implica los fenómenos

    políticos, económicos y financieros, puede emi-

    tir juicios racionales, libres, con independencia

    partidista, intereses, de manera certera e ilumina-

   dora.

3. Conoce con elevado rigor los males que afectan

    a su sociedad, a la humanidad y está dotado de

    las capacidades necesarias para interpretarlos co-

    rectamente y trazar vías de soluciones previsible-

    mente acertadas.

4. Está blindado frente a las fake news, bulos, posts

    verdades, uso indiscriminado de la tecnología.

5. Tiene puesta la mirada en el bién común, en la 

    redistribución de la riqueza que el trabajo del 

    conjunto de la sociedad produce.

6. Frente a fenómenos trascendentales como la

    pandemia que nos azota, se posiciona en torno

    a la cooperación, a la unidad, a la solidaridad de

    absolutamente toda la sociedad y condena su uso

    partidista y político. Como así lo han declarado

    recientemente en el ámbito público más dos-

    cientos mil científicos de todo el mundo.

   

7. La amplitúd y profundidad de su formación le

    hacen partícipe activo y decidido a la contribu-

    ción de toda manifestación humana que afecte

    la cultura, la literatura, la ciencia, el arte y la be-

    lleza de la vida.

8. No tiene sitio en un despacho de partido político,

       O en el de una empresa o negocio que funcione

    a costa de cualquier injusticia social, de privile-

    gios monopolistas, especulación o lucro que fo-

    mente la desigualdad y agrave la pobreza.

9. Está en las mejores condiciones de ser un ciuda-

    dano ejemplar, ejerciendo como tal desde la res-

    ponsabilidad, de la paz social y el bién común.

10. Su vida está sólidamente cimentada en la moral,

      los valores supremos y la virtúd.

Entonces, la vida humana adquiere pleno sentido 

como vida colectiva y para ello es necesario abrir

el pensamiento para que se refresque y renueve, de

manera que pueda operar racionalmente en todos 

los horizontes de la sociedad.

La conexión social dada, las condiciones de vida

existentes, hacen de los hombres y de las mujeres

lo que son. Por lo tanto, el individualismo puede ser

un triunfo de la inteligencia privada, pero un fraca-

so para la inteligencia colectiva, que le interesa y

mucho que "la vida no esté destinada a ser una carga para muchos y una fiesta para unos cuantos,

sino un compromiso para todos del que cada uno

habrá de rendir cuenta".

"Mirando todas  las tierras como si fueran mia, las

mías como si fueran de los demás, como si supiera

que he nacido para todos los que me rodean".

Esto es,"desclavarse de la cruz en que cada uno ya

hundido sus propios clavos".

El individualismo, la soledad, la indiferencia, pue-

den reportar alguna que otras satisfacciones, pero

no felicidad, ni realización personal, puesto que in-

clina preferentemente a la amargura y a la degrada-

ción.

"Puesto que el universo entero está plegado en cada

indivíduo y en cada región del espacio y el hombre

se conoce a sí mismo, sólo en tanto conoce el mun-

do" (Sartre).

Como hemos visto, el desarrollo de una inteligencia

pública, implica la fundamentación de la vida en propósitos morales y el talento orientado a la gran-

deza de un espìritu con vocación e interés de sacri-

ficio para mejorar la vida de las personas. Muy le-

jos de servirse de ellas, utilizarlas, explotarlas o ig-

norarlas cuando no interesen o sirvan a nuestros propósitos, lo que hace ruin y mequina la propia

existencia y la más profunda desautorización de

pertenecer con un mínimo de decoro al conjunto de

la sociedad.

Pero ello exige un primer paso: Elevando la mirada

y abrazando la virtúd. Pese que ello implique el sa-

crificio de vertientes egocéntricas y narcisistas co-

munes.

Una iniciativa de enfoque de vida que  verdadera-

mente merece la pena, y si de verdad merece la

pena hacer algo, entonces merece la pena hacerlo

a toda costa. (Chesterton).

Cuando el desarrollo de la inteligencia pública no

se produce de manera plena, al menos nos queda

la esperanza de algún favor respecto a lo que dijo el economista Adams Smith:

"Al perseguir su propio interés (el individíduo) fo-

menta el de la sociedad mucho más eficázmente que si de hecho intentara fomentarlo". "Por más egoísta que se pueda suponer al hombre, existen evidentemente en su naturaleza algunos principios que le hacen interesarse por la suerte de otros y hace que la felicidad de estos le resulte necesaria,

aúnque de ello derive más que el placer de contem-

plarla. 

  

Concluye Smith, que un buen ciudadano es el que

aspira a promover por todos los medios a su alcan-

ce el bienestar del conjunto de sus compatriotas.

Pero hay fuerzas poderosas, no excentas de peli-

gros que destaca Maquiavelo en El Príncipe:

"La historia de la humanidad parece estar condicio-

nada por las pasiones humanas: la ambición, el po-

der y la vanidad". Los conflictos económicos y so-

ciales (según esta tesis), la lucha de clases entre 

ricos y pobres, vendrán a ser los instrumentos de

las pasiones o instintos humanos.

Puesto que las necesidades vitales, una vez satis-

fechas, se apagan, pero los instintos humanos cuan-

to más se satisfacen, más se acrecientan.

Al convertirse el triunfo de la individualización en

una de las señas de identidad de la época actual,

ello repercute en un disminución de la empatía, que

es la base de la sociabilidad, sobre todo en las gene-

raciones educadas en la tecnología (Helena Béjar).

Estamos inmerso en unas relaciones socioeconómi-

cas apoyada en la ciencia y la tecnología. La veloci-

dad de los acontecimientos potenciados por los 

avances tecnológicos, nos provoca incertidumbre

y desasosiego, en una sociedad ya fuertemente emotivizada, en la que los sentimientos han venido

a sustituir en gran medida a las convicciones. A las

vías por donde sólo es posible el desarrollo de una

Inteligencia Pública.

Fenómeno del que se aprovechan mentes manipu-

ladoras para colocar el miedo, la angustia y la rabia,

cuando no el odio, en el centro de la vida, a través

de múltiples mecanismos.

No obstante, en línea con el dicho socrático, "nada

es más poderoso que la sensatéz", desde el ejercicio

de la inteligencia y la razón, sólo es posible la feli-

cidad de la vida y la que nos permite tener un espí-

ritu elevado sin miedo y sentirnos seguros.

Nuestra capacidad para diferenciar la verdad de la

mentira es extremadamente limitada, la probabili-

dad de acierto es como lanzar una moneda al aire.

Ello está demostrado empíricamente.

fijaros el grado de indefención que se tiene frente

al bombardeo de redes.

Así que, bienaventurado aquél a quien el ejercicio

de la razón y de la inteligencia hace agradable todas

las situaciones de su vida. Para ellos, la realidad ob-

jetiva es todo cuanto existe independientemente de

la conciencia humana. El movimiento, el espacio,

el tiempo, la vida y todo lo que constituye el mundo

en su conjunto. Es decir, la realidad, aquello que no

desaparece cuando uno deja de creer en ello. Lo contrario a la realidad subjetiva, blanco favorito de

manipuladores,y demasiadas veces causa de nues-

tros graves errores, que sólo existe mientras la per-

sona crea que existe. Cuando se apela a las emocio-

nes y a las creencias personales y los hechos objeti-

vos no cuentan.

De donde surge el fenómeno de la Post Verdad, que

los hechos objetivos tienen menor peso que los dis-

cursos emotivos y que conducen a sacrificios inte-

lectuales con tal de mantener en pié un sistema de

creencias que ha arraigado en nuestra identidad(L. fastinguer).

Quiéralo o no, la persona se encuentra atenida a la

realidad, hechida de realidad, lanzada dentro de la

realidad. Y a ello me he referido en otros artículos:

Con razón decía Zubiri: "con la muerte de la verdad, muere también el hombre".

O San Agustín, "los que no quieren ser vencidos por la verdad, serán vencidos por el error".

Y Machado, "tu verdad no, la verdad y ven conmi-

go a buscarla, la tuya, guárdatela".

Santa Teresa, "la verdad padece, pero no perece".

Alerta entonces, porque como nos presentan las

cosas no es necesariamente como son y si las 

cosas fueran como nos la presentan, la ciencia

entera sobraría. (Marx).

La Inteligencia Colectiva manifestada como Inteli-

gencia Pública, se expresa en torno a tres ejes y sin

ellos no existiría como tal: 

La realidad, la verdad y la razón.

Desde los cuales se aborda todo cuanto sucede a 

nuestro alrededor, conducimos nuestras relaciones

interpersonales, interpretamos u opinamos de los

hechos, realizamos nuestro trabajo, accionamos 

nuestros comportamientos, realizamos nuestro aporte a la sociedad, le damos sentido y significado a la vida y accedemos a momentos de felicidad.

Es por todo ello que considero la Inteligencia Públi-

ca como una superestructura de virtudes que hace

posible la realización de una vida más allá de los

límites que marcan la individualidad para el ejer-

cicio eficiente de una profesión, de un trabajo, de

un modo personal de ser o vivir en el entorno par- 

ticular, para brillar allí donde están todos los demás

y se mueve todo cuanto existe.

                                           GRACIAS POR VUESTRA  ATENCIÓN.